La mirada de Stanley Kubrick va más allá de lo que la fábrica de sueños nos ha querido mostrar de la humanidad
Kubrick hizo todo lo posible para hacerla desaparecer. Dijo que era "un dibujo infantil para poner sobre el frigorífico, un torpe ejercicio de aficionados, escrito por un poeta fracasado, completamente inepto, raro, aburrido y pretencioso". Destruyó todas las copias, excepto dos, una que guardó en su archivo y otra en pésimo estado que circulaba en ediciones "pirata", hasta que en 2010 se encontró una tercera en unos laboratorios de Puerto Rico, que es la que han restaurado. La censura había quitado unas miradas de deseo del soldado y gestos que parecen sugerir un intento de violación del soldado que vigila a una chica que han capturado. El cartel que la anunciaba, la presentaba así con El bruto (1952) de Buñuel en un programa doble para cines de "sexploitation" como el Rialto. Sackler volvió a trabajar con él –aunque ya no aparece acreditado– en su siguiente película, que él siempre consideró la primera, así como con el compositor de la banda sonora, Gerald Fried. El actor aficionado que más burlas recibió como el soldado más joven, ha pasado a la historia. No era otro que Paul Mazursky, el director judío neoyorquino que llegó a hacer grandes películas con la llegada del Nuevo Hollywood de los 70. Antes de hacer comedias como Escenas en una galería (1990) con Woody Allen, se dio a conocer con una película sobre intercambios de parejas como Bob, Carol, Ted y Alice en 1969. Nadie como él ha descrito tan bien el ambiente artístico bohemio del barrio en que vivía Kubrick como en Próxima parada: Greenwich Village (1976). /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Miedo y deseo en Stanley Kubrick" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/miedo–y–deseo–en–stanley–kubrick
http://dlvr.it/T78hP1
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