Will Eisner
El cantante callejero nos cuenta una relación casual de un hombre casado, que parece dispuesto a abandonar a su familia, cuando todo queda finalmente frustrado por la incapacidad del protagonista para orientarse en medio de este laberinto urbano. El súper nos muestra a un personaje todavía más desagradable, cuya obsesión sexual es burlada por la perversa manipulación de una niña diabólica. Esa crueldad se hace todavía más evidente en la última historia, Cookalein, que nos muestra las miserias de todo un grupo de neoyorquinos en un típico lugar de vacaciones de los años treinta. Eisner nos presenta en definitiva, un cuadro desolador de la vida sin Dios, en el que no hay ninguna esperanza. Pero ¿podemos culpar a Dios de nuestras desgracias? Hace unos años se hizo famoso el libro de un rabino de Nueva York, titulado Cuando cosas malas pasan a gente buena . Es evidente que la vida está llena de cosas malas, pero la cuestión es si nosotros somos gente buena. El personaje de Eisner no tenía ninguna duda acerca de su bondad. Sus buenas obras le hacían sentirse confiado, pero ¿qué son buenas obras? La filantropía, muchas veces no oculta sino una tremenda soberbia, por la que intentamos ganar el favor de Dios. Pero Dios no puede ser comprado. No podemos hacer un contrato con él, como Hersh, y pensar que Dios está obligado a cumplirlo. Su Pacto con Israel fue de pura gracia. No a causa de algo que ellos hicieran, sino por la sola voluntad de Dios (Deuteronomio 7:7–9). /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El contrato con Dios de Will Eisner " ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/will–eisner
http://dlvr.it/T7WfPD
http://dlvr.it/T7WfPD
Comments
Post a Comment