El intercambio es un relato magistral, que combina el drama criminal con una reflexión sobre la naturaleza del mal.
Las historias de desaparecidos están llenas de extraños casos, pero pocas hay tan increíbles como la de Walter Collins. Aquella tarde soleada de marzo, la madre le dio a su hijo una moneda para ir al cine, antes de ir a su trabajo como operadora telefónica. Su desaparición conmovió una ciudad, donde tres meses antes un psicópata había secuestrado una chica de doce años, dejando su cuerpo descuartizado. Las pistas sobre Walter no iban a ningún sitio. Unos decían haberle visto en San Francisco, Oakland, o envuelto en periódicos en la parte de atrás de un coche, conducido por un italiano en una gasolinera de Glendale. El padre, que estaba en prisión, creía que era una venganza de algunos antiguos convictos. Cuando en agosto aparece un niño que dice ser Walter" Aunque tenía un cierto parecido, la madre dice que no era su hijo. Los registros dentales y los testimonios de muchos que le conocían, así lo aseguraban. La policía sin embargo la hace pasar por loca para que deje de incordiar, siendo ingresada en un hospital psiquiátrico, hasta ser liberada por la ayuda del pastor presbiteriano Gustav Briegleb, que es presentado en la película como alguien que tiene un programa de radio. En realidad era un amigo suyo, el pastor metodista R. P. Schuler, quien hablaba por la radio. Ambos colaboraron en las denuncias contra el vicio y el crimen de una ciudad con una policía totalmente corrompida. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El Intercambio: El valor de la verdad" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/el–intercambio
http://dlvr.it/TBgHmk
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