Los cómics que dibuja Jack Chick reclaman para sí mismos la misma atención que la propaganda militar a la que fue expuesto en el Pacífico
El Trastorno por Estrés Postraumático es sufrido por muchas otras víctimas de diferentes traumas producidos fuera del campo de batalla. Dolencias que llevan a muchos a buscar ayuda también en las iglesias. No se puede entender la belicosidad del movimiento fundamentalista o evangélico norteamericano sin entender antes que los Estados Unidos de América lleva, ininterrumpidamente, más de doscientos años en guerra. La misión para la que Jack Chick se cree destinado por Dios es por eso una misión con la misma dosis de acción bélica que la que había visto en los marines durante la Segunda Guerra Mundial. Lo hemos visto ya. –Cuando me vaya de aquí– –decía él– –¡me voy a llevar a todos los que pueda con Cristo!–. La tensión y agresividad frente a sus conflictos, por supuesto, no siempre tenían una fácil solución. Puede ser relativamente fácil invadir y arrasar una isla con una buena cantidad de armas pero ¿qué ocurre cuando el enemigo forma parte de ti mismo? Al sufrir un infarto a mediados d...